La música favorece el desarrollo cognitivo de los bebés
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La música en edades tempranas contribuye al desarrollo intelectual del niño, mejora su capacidad de análisis matemático e incluso incide en su memoria. Ahora bien, antes de que nazcan la música también es un elemento clave en su evolución. Los beneficios de la música en bebés son incontables.
Usa la música durante la gestación: el feto reacciona a estímulos musicales
Un consejo fundamental para embarazadas primerizas es el de usar la música casi desde el inicio de la gestación. Un estudio del Instituto Marquès de Ginecología y Obstetricia de Barcelona puso de manifiesto que un feto de 16 semanas ya es capaz de escuchar música y de reaccionar ante ella. En el ensayo se pudo comprobar que los fetos responden a este estímulo abriendo la boca y sacando la lengua, incluso con movimientos de vocalización. Ahora bien, esta investigación concluye que colocar auriculares sobre el vientre no es del todo efectivo ya que hay muchas capas de piel y tejidos. El ensayo apunta a que la música debe llegar al bebé desde la vagina de la madre.
Y al margen del sistema por el que se transmitan las ondas lo que es cierto es que también para las embarazadas es positiva la música. Nuestra canción favorita sonando una y otra vez genera en nosotras sensación de felicidad y euforia al liberar endorfinas. En la futura mamá la música contribuye a un mejor estado de ánimo general y eso repercute directamente en el bebé. ¡La sensación de bienestar es contagiosa!
Pero si hablamos de emoción hay que hacer referencia al corazón. No hay mejor música para la futura mamá que el sonido de latido del corazón de su bebé. Ahora gracias a la tecnología de dispositivos como el SweetBeat es posible escuchar y grabar en cualquier momento el latido de nuestro pequeño a través de la aplicación gratuita eMyBaby.
*Este producto cumple con la normativa vigente de productos sanitarios y nunca debe sustituir a un profesional sanitario.
El efecto Mozart: la música como terapia y estímulo a la inteligencia
Uno de los estudios más conocidos sobre las cualidades terapéuticas de la música es el que descubrió el conocido efecto Mozart. En 1991, el investigador Alfred Tomatis publicó el libro Pourquoi Mozart, en el que explicaba que la música de este compositor podía ayudar en el proceso de cura de personas con depresión al estimular el sistema nervioso.
Una doctora de la Universidad de California retomó años más tarde esa línea de investigación con música de Mozart y la aplicó a estudiantes. Descubrió que la exposición a sus sonatas beneficiaba la capacidad de razonamiento espacial. A partir de este momento se han hecho distintos estudios con idéntica conclusión: escuchar música clásica al menos 10 minutos al día tiene beneficios tanto en adultos como en bebés y niños.
Los beneficios van desde lo puramente emocional hasta lo físico al contribuir a la relajación, calmar los nervios, y estimular la sensación de felicidad. Lo que no está claro es que Mozart tenga la exclusividad en este campo. En principio toda la música clásica tendría efectos similares sin importar quien la haya compuesto.
La adquisición del habla y la música están conectadas
Nuestros bebés quizás hablen antes gracias a la música. Al menos esta es la conclusión de otro ensayo clínico del Instituto para el aprendizaje y las ciencias del cerebro (I-LABS) de la Universidad de Washington.
Este estudio muestra que usar el juego musical con bebés mejora sus capacidades cognitivas. La investigación se realizó con pequeños de nueve meses y puso de manifiesto que la música rítmica y el juego con instrumentos ayudan a los bebés a reconocer sonidos. A consecuencia de lo anterior se favorece el aprendizaje paulatino del lenguaje. Pero ¿por qué sucede esto? según el equipo que dirigió el estudio la música y el lenguaje comparten recursos cerebrales. Activar un área beneficia a la otra de manera inmediata.
Desde que nacen y durante todo su desarrollo la música debería jugar un papel determinante en nuestros hijos. Los niños ahora se benefician en los colegios de la educación musical temprana. Esta asignatura se imparte casi desde el inicio de su escolarización y va a tener efectos positivos innegables: les ayuda a nivel de psicomotricidad, fomenta la memoria, incide en su capacidad de análisis y por encima de todo, les divierte y estimula.
El efecto calmante de la música suave
La sabiduría popular también ha destacado el uso de la música para calmar a los niños. Generación tras generación se ha transmitido la importancia de las nanas a las embarazadas primerizas para conseguir que los bebés concilien el sueño. Existen más trucos efectivos para dormir al recién nacido pero usar la música es un clásico infalible.
La voz y la melodía ayudan al pequeño a relajarse, usar la música en la crianza es tan antiguo como efectivo. Los niños desde que aprenden a hablar reciben información a través de las canciones infantiles. Con ellas cantan, bailan, se desinhiben y aprenden.
Y tan importante como la música es nuestra voz para el niño. Hablar a nuestro bebé es fundamental aunque no nos pueda comprender. Los recién nacidos identifican la voz de sus papás y se tranquilizan con ella. Con esta filosofía nace el peluche ‘beMyBuddy’. Aunque por su aspecto es un juguete suave y entrañable en él podrás grabar tu voz para que tu bebé te escuche en cualquier momento y se tranquilice. Este juguete ofrece una amplia gama de sonidos para relajar al niño y es muy útil para que pueda afrontar mejor las horas de separación.
En definitiva la música es esencial antes del nacimiento y en todas las fases posteriores del desarrollo del bebé. Por eso debe convertirse en un hábito en casa. Dedicar a la música entre 10 y 20 minutos al día hará que nuestros pequeños experimenten sensaciones positivas. Tal y como el filósofo Nietzsche sentenció «sin música, la vida sería un error».