Cuando nuestro hijo cumple su primer año de vida, parece que la cuestión de la alimentación pasa a un discreto segundo plano y pensamos que ya puede comer de todo. Según Lucía, mi pediatra, a partir de esa edad apenas recibe consultas sobre alimentación. “Parece que ya no hay dudas y que ya no nos preocupa tanto”. Sin embargo es un asunto vital y así nos lo hizo saber en nuestro último directo en las cuenta de Instagram de Educar es todo y Miniland.
Durante esta conversación pudimos resolver las dudas más frecuentes que nos asaltan en esa alimentación de nuestro peque a partir del año de vida. ¿Las resolvemos de la mano de nuestra pediatra de cabecera?
Duda 1 ¿Qué pasa con las verduras de hoja verde (acelgas, espinacas…)?
Este tipo de verduras contiene nitritos. Debido a la inmadurez del sistema de nuestros hijos, no se recomienda este alimento antes de los doce meses. A partir del año se pueden ingerir en pequeñas cantidades (45g. por ración, lo que equivale a una tortilla de espinacas o un plato de pote asturiano o de potaje).
Duda 2 ¿La leche de fórmula o de vaca?
Lucía, mi pediatra nos comenta aquí que si nuestro hijo continúa con lactancia materna no es necesario introducir ningún otro tipo de leche. Para todos los demás, y siempre habiendo descartado posibles patologías, podrían comenzar a tomar leche entera de vaca. “La mayoría de los niños a partir de los doce meses ya tiene el sistema digestivo lo suficientemente maduro como para tomar este tipo de leche, siempre que sea pasteurizada y no cruda”, explica la especialista, que hace hincapié en que la leche sea entera para que no se pierdan las vitaminas necesarias que tiene este tipo de leche.
Duda 3 ¿La lactancia sigue siendo a demanda?
Siempre es a demanda, lo que sucede es que cuando los niños son más mayores tienen más actividad y no piden a todas horas. Además, ya deja de ser el alimento principal, por lo que los padres hemos de promover esos otros alimentos y priorizar las comidas principales en familia, tal y como nos indica Lucía, mi pediatra.
Duda 4 ¿Qué hacemos con el azúcar y la sal?
Están prohibidos hasta el año, porque pueden ser perjudiciales para ellos. Sin embargo eso no quiere decir que abramos la mano de golpe cuando cumplan los doce meses. “Los azúcares mejor que no sean añadidos”, explica la doctora. “Mejor el que está presente de manera natural en los alimentos. Podemos sobrevivir perfectamente sin azucarero. El azúcar en los niños, cuanto más tarde, mejor porque el paladar se educa”.
En cuanto a la sal, a partir del año los niños pueden tomar un poquito de sal fina, de mesa, yodada, al día, que aporta esa cantidad necesaria de yodo. Pero, como dice Lucía, “si consumimos otro tipo de alimentos que en el etiquetado ya llevan un poquito de sal no hace falta añadir sal en las comidas de nuestros hijos”.
Duda 5 ¿Qué pasa si cumplen los 12 meses y sigue con triturados?
La masticación es algo que se entrena. Se puede ir poniendo el puré y añadiendo unos trocitos de patata, merluza o fruta al lado para que vaya acostumbrándose. Poco a poco podremos ir disminuyendo la cantidad de triturado y aumentando la de sólidos.
Duda 6 ¿La miel sigue prohibida a partir del año?
Antes del año sí porque puede producir una enfermedad llamada botulismo. A partir del año se puede dar, pero sabiendo que es un 85% de azúcar. Su consistencia hace que sea cariógena (produce caries en más probabilidad que otros alimentos) y el consumo, por tanto, debería ser esporádico y con un cepillado de dientes posterior.
Duda 7 ¿Y qué pasa con el zumo de naranja?
La fruta se mastica, no se bebe. El proceso no tiene nada que ver si hablamos de fruta bebida o entera. El zumo libera el agua y azúcares de la matriz, que es donde está la fibra y lo que interesa al organismo y eso se comporta igual que los azúcares libres o añadidos. Se produce un pico de glucemia y de insulina y eso no sienta bien a nuestro cuerpo, no es un proceso lento, tal y como sucede con la fruta entera.,
Duda 8 Si yo tengo alergia alimentaria, ¿mi bebé la heredará?
En este punto Lucía, mi pediatra nos indica que las alergias alimentarias tienen cierto componente genético, pero no necesariamente es determinante. Siempre se recomienda precaución y no retrasar los alimentos. Introducirlos, además, en un entorno seguro.