Las corrientes hacen que te resfríes, los jarabes para la tos son recomendables… desmontamos estas y otras leyendas urbanas con Lucía, mi pediatra y Miniland.
Estamos ya en pleno invierno y nuestros bebés y niños (e incluso nosotros) nos hemos cogido ya algún que otro resfriado.
Como sucede con tantas y tantas cosas de la maternidad, la crianza y la educación de nuestros hijos, siempre escuchamos frases, consejos y advertencias acerca de los resfriados que no tienen por qué ser ciertas. Y rápidamente nos surge la duda de si estaremos ante un mito o una leyenda urbana o si de verdad lo que nos dicen tiene base, tiene cierta evidencia científica.
Así que en nuestro último directo con Lucía, mi pediatra, hemos querido desmontarlos uno a uno, para que ya tengamos claro lo que sí y lo que no provoca resfriados y lo que sí y lo que no ayuda a prevenirlos o a curarlos. ¿Empezamos?
Mito Nº1: Los virus se cogen por los pies
Lucía, mi pediatra nos lo repite hasta la saciedad: los virus no se cogen por ir descalzo.
“Se contagian a través del contacto directo con personas infectadas, bien a través de saliva al hablar, o a través de estornudos, de la tos, de nuestras manos… Los pies se enfrían, pero nada más. Porque el virus respiratorio no está en la planta de los pies“, explica nuestra pediatra de cabecera.
Mito Nº2: Salir a la calle sin abrigo hace que nos resfriemos
“Es obvio que si salimos al bosque en manga corta y pantalón corto a tres grados bajo cero y estamos ahí unas horas, es probable que suframos una hipotermia y seamos más vulnerables a todo tipo de infecciones, incluso a un fallo orgánico, debido a las bajas temperaturas”, nos dice esta especialista, pero no por ir sin abrigo un rato en el parque.
Mito Nº3: Si te da corriente te constipas
Lo cierto es que el virus no circula a sus anchas por la calle, entra a nuestra casa y sale por una ventana. Así que no, los virus no se cogen por las corrientes.
Tal y como nos explica Lucía, “los virus permanecen en suspensión durante un tiempo en un sitio cerrado y sin ventilar, por ejemplo en un gimnasio. Pero si estás en un sitio con ventana abierta y puerta abierta y hay corriente, no te resfrías, puedes tener sensación de frío e incluso estornudar porque has inhalado unas motitas de polvo que han entrado por la ventana, pero no coges una gripe o COVID porque abras las ventanas. Todo lo contrario, disminuye el riesgo”, explica Lucía.
Mito Nº4: Los mocos se curan con antibiótico cuando son verdes
Pues no, no necesariamente. De hecho el color de los mocos no viene determinado por la necesidad o no de prescribir un medicamento, sino por los días de incubación que lleva el virus respiratorio dentro de la nariz.
Así, al principio es blanco, si sigue progresando pasa a ser amarillo, luego amarillo verdoso y, por último, verde (incluso verde fosforito).
Pero Lucía, mi pediatra, nos asegura que esto no implica que haya que prescribir un antibiótico ni siempre que haya mocos, ni cuando estos sean verdes.
Mito Nº5: Hay personas resistentes a los antibióticos y por eso no les hacen efecto
Tampoco es cierto. “La que se hace resistente es la bacteria, no la persona”, sentencia nuestra especialista. Y esto sucede por un mal uso del medicamento en cuestión. Se generan en nuestro planeta bacterias multirresistentes y entonces los antibióticos dejan de ser efectivos con ellas.
De hecho, la médico advierte que, si seguimos con estas cifras dentro de quince o veinte años “morirán más personas por las resistencias a los antibióticos que por cáncer“. Y sí, un niño que nunca ha tomado antibiótico puede encontrarse con una bacteria multirresistente y tener un problema serio.
Así que es necesario tomar conciencia y hacer un uso responsable de este tipo de medicamentos.
Mito Nº6: Los mucolíticos funcionan en los niños
No existe una evidencia científica de que esto suceda.
Se venden mucho, sí, pero en los estudios de los que disponemos, tiene la misma duración tratar unos mocos con un mucolítico que con un placebo.
“Además, son fármacos que no están exentos de efectos secundarios, y algunos de ellos importantes. Con lo cual, para qué dar una cosa que sabes que no tiene una eficacia probada… Lo que sí recomendamos es dar mucha agua, porque sí ejerce de mucolítico y acorta los días del resfriado. Y también hacer lavados nasales para descongestionar”, explica Lucía.
Mito Nº7 Los jarabes para la tos funcionan también
Tampoco están indicados en pediatría ni recogidos en ninguna guía de práctica clínica, ni protocolos.
¿Por qué? Pues, según la especialista, porque “no hay una evidencia científica demostrada en niños, pero como los mucolíticos, sí tienen efectos secundarios que no compensan”.
Además, sabemos que la tos es un mecanismo de defensa del organismo.
Mito Nº8 Vacunar a nuestros hijos no sirve de nada
Lo cierto es que desde la Asociación de Pediatría se vienen recomendando la vacunación desde hace muchos años en nuestro país, pero hasta ahora no estaba financiada.
Ahora lo está para aquellos niños de entre seis meses y cinco años.
Respecto a esto, lo que nos dice la especialista en medicina infantil es que la gripe es una enfermedad muy frecuente en la infancia y que tres de cada cuatro niños que ingresan en un hospital por complicaciones derivadas de la gripe no tienen factores de riesgo y son niños sanos.
Además, “los niños son el primer foco que se contagia de la gripe y luego llega el pico de los adultos, así que si controlamos a esa primera masa crítica de niños con gripe, estaremos protegiendo a toda la población.