Te explicamos cómo hacerlo en seis pasos y sin traumas
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El momento de quitar el pañal es tan temido como ansiado. Los padres experimentamos con terror la llegada del día en el que los pequeños deben dar este paso definitivo en su madurez. Se avecinan escapes, cambios continuos de ropa y nervios en el ambiente. La clave para conseguir una transición feliz y no traumática es tener mucha paciencia.
La psicóloga Rosana Cisneros del gabinete psicopedagógico Creixent Junts asegura que “es imprescindible evitar presión sobre el niño en cualquier cambio o reto evolutivo al que deba enfrentar. La transición se debería producir de forma natural, cuando el niño esté preparado. Todos los hitos que van consiguiendo les dan experiencia, autoestima, autonomía… Si estas experiencias son estresantes, puede que en un futuro les cueste afrontar los cambios”.
El verano puede ser el mejor momento para quitar el pañal
Podemos quitar el pañal al niño durante todo el año pero lo más recomendable es abordar el proceso en la época más cálida. Sin duda, la primavera y el verano son las mejores estaciones para retirar el pañal. En invierno los escapes harán que el niño esté mojado e incómodo. Pensando en la salud del pequeño, para evitar resfriados, fijaremos esta meta en época estival. Hay muchos padres que aprovechando el calor dejan al niño sin ropa en la parte inferior del cuerpo.
Quitar el pañal en seis pasos
No hay fórmulas mágicas pero es cierto que si tenemos en cuenta algunos aspectos importantes el proceso irá mucho mejor. A continuación te explicamos con seis pasos cómo conseguir que la batalla contra el pañal acabe en victoria.
1. ¿Nuestro niño ha alcanzado un grado de madurez adecuado?
Para saber si nuestro hijo está preparado debemos dejarnos llevar por la intuición y observar por ejemplo si pide en alguna ocasión orinar en el servicio. Otro indicativo que no debemos dejar pasar es el tiempo que el pañal permanece seco entre cambio y cambio. Más de dos horas con el pañal sin escapes muestran un inicio en el control de esfínteres. De cualquier manera antes de los dos años es complicado que un niño esté maduro, los padres no debemos obsesionarnos con conseguir esta meta antes de tiempo. La prisa no es buena aliada.
2. Comprar todo lo necesario e introducir gradualmente al pequeño en situación
Es recomendable ir con el niño a comprar un orinal o adaptador y hacerlo partícipe del cambio. En este momento evolutivo también podemos encontrar ayuda en cuentos infantiles. Hay muchos publicados sobre la materia y todos son efectivos porque explican en imágenes al niño en qué consiste la retirada del pañal. Cuando se aproxime la fecha es recomendable leer al niño este tipo de cuentos por las noches. Uno de los más conocidos es “Se acabaron los pañales de Caillou” también se ha convertido en un referente “Todo el mundo hace caca”.
3. Avisar al entorno del niño y ponernos manos a la obra
Esta batalla no se puede librar en solitario. La guardería, los abuelos, los tíos… todos lo que tienen relación directa con el pequeño deben estar al tanto de este cambio para colaborar en el plan de acción familiar. Lo más conveniente es iniciar la retirada un fin de semana en el que estemos en casa.
El día seleccionado en el que quitemos el pañal al pequeño, cada 20 minutos sentaremos al niño en su orinal y asumiremos sin alterarnos que habrán escapes y mucho que lavar. Por la noche continuaremos haciendo uso del pañal durante un tiempo. A las 48 horas ya se apreciará la evolución. Y lo más importante es tener paciencia porque todos lo consiguen. En estos primeros días es clave un ambiente relajado. La rutina también ayudará al niño a familiarizarse con su nueva situación.
4. Sugerir y no obligar
Siempre hay que sugerir e indicar pero de nada sirve obligar. Los niños maduran a ritmos distintos y si en esos primeros días vemos que el pequeño tiene miedo al orinal o que no se quiere sentar en el reductor deberemos desistir. Quizás no está preparado y necesita un poco más de tiempo. Ante situaciones nuevas y de estrés los niños pueden experimentar retrocesos. La llegada de un hermanito es, por ejemplo, un factor que hace que muchos pequeños vuelvan a los escapes de orina.
La psicóloga Rosana Cisneros resalta también que como padres sentimos presión en estas fases de madurez de los niños. “Hablamos de si deberían tener presión o no los niños y olvidamos a los padres. Tampoco ellos tendrían que sentirse presionados a la hora de enfrentar los cambios de sus hijos. Cuanta más seguridad aportemos a los pequeños, más confianza tendran en sí mismos”. En definitiva hay que evitar la comparación y adaptarse a la realidad de nuestro pequeño.
5. Ser persistente en las nuevas rutinas
En las primeras semanas de retirada los padres debemos mantener la guardia alta. La rutina que implica que cada 20 o 30 minutos llevemos al niño al servicio se debe mantener un tiempo. Sólo cuando empiece el pequeño a pedirnos ir al baño de manera autónoma dejaremos de sugerirlo nosotros.
6. Premios y refuerzo positivo
Quitar el pañal con éxito es un gran logro. Saber reconocer esto y reforzar al niño pequeño es algo fundamental en su evolución y aprendizaje. Cada vez que pida ir al baño alabaremos su conducta y lo animaremos a seguir haciéndolo. Podemos también hacerle un regalo significativo en esta etapa, por ejemplo un peluche como el ‘beMyBuddy’ de Miniland. Este juguete permite que los padres grabemos con nuestra voz mensajes de refuerzo al pequeño, muy adecuados para ayudarle en la transición.
El cuidado del recién nacido y el niño pasa por distintas fases según sus necesidades. Cada etapa de crecimiento tiene unas características diferenciadas y hoy en día incluso es posible usar aplicaciones móviles que nos facilitan la tarea de ser madres. Sus usos son múltiples incluso podemos usarlas para fijar recordatorios referidos al pañal. La tecnología puede ser una aliada en estos cambios.