Vivimos en un mundo cada vez más polarizado en el que una y otra vez nos exigen posicionarnos hacia un lado o hacia el opuesto.

A veces presencio discursos radicales sobre todo tipo de temas relacionado con la maternidad, paternidad y crianza y pienso: pero, ¿dónde se ha quedado el sentido común? ¿En qué momento estas personas lo han perdido? ¿Qué hemos hecho mal los profesionales sanitarios para que seamos testigos de semejantes debates que tanto daño hacen a unos y a otros?

Porque si hay algo que escucho a diario en la consulta es:

«Me siento culpable»

Y os diré que el motivo es lo de menos, porque hemos llegado a un punto en el que hagas lo que hagas serás juzgada, y como no te hayas untado bien de vaselina para que todos estos juicios te resbalen, saldrás maltrecha y malherida.

La lactancia ya sea materna o artificial es uno de los motivos por el que más lágrimas he secado en consulta.

Madres que no han logrado la lactancia que esperaban y se sienten “menos madres”. Madres que han optado por no dar pecho y se sienten juzgadas. Madres que mantienen una lactancia prolongada y a diario han de aguantar críticas del tipo “eso ya es puro vicio”.

Madres que llevan una lactancia mixta y sienten que han fracasado “porque al final ni una cosa ni otra” o madres que en un momento dado dicen “hasta aquí” e inician un destete en el que todos parecen expertos en la materia y en el que curiosamente todo lo que haces, a sus ojos, está mal.

Ya está bien, ¿no os parece?

 

Las batallas de cada mujer

 

¿Alguien conoce las batallas que ha librado una mujer que decide no dar pecho? ¿Y las que ha librado la que, tras muchas dificultades al fin lo ha logrado y decide mantener esa lactancia hasta los dos años? ¿Tan listos somos todos?

No, no lo somos.

Respeto. ¿Tan difícil es de entender? Respeto hacia las decisiones de un padre y de una madre.

Nosotros los profesionales sanitarios estamos aquí para ayudar, para informar, para asesora, para acompañar, para diagnosticar y para tratar, pero nunca para juzgar.

Bastante difícil es ya este viaje como madre o padre como para que nos pongan palos en las ruedas, ¿no os parece?

Con lo fácil que sería echarnos una mano entre todos, hacer comunidad y no juzgar.

¿Qué me decís? ¿Lo intentamos?

Gracias a Miniland y Educar es Todo por proponerme abordar estos temas, en esta sección de Creciendo sanos, porque lanzar estos mensajes a nuestros hijos también es educar; educar en el respeto, en la ayuda y en la empatía.

¡Hasta pronto!

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